De tanto defender las ideologías, los científicos han perdido de vista la ciencia, es decir, sus propios conocimientos.
Las ciencias tienen como objetivo el conocimiento objetivo de la realidad. Un conocimiento que por su naturaleza ha de ser científico, crítico y sistemático.
Por su parte, ideologías, filosofías y religiones tienen, contra las ciencias, un objetivo muy diferente, que no consiste en conocer ―ni reconocer― la realidad, sino en cómo intervenir sobre los conocimientos científicos para manipularlos y adulterarlos según sus propios intereses ideológicos, filosóficos o religiosos.
La independencia de las ciencias del poder de religiones, filosofías e ideologías es absolutamente necesario para preservar la vida humana en las mejores condiciones posibles de libertad e inteligencia.
Es la historia sin final de Platón contra Homero, de Belarmino contra Galileo, de Kant contra Newton, del protestantismo contra Darwin, de Nietzsche contra Maxwell, de Heidegger contra Einstein... es la lucha, también, de la literatura contra sus enemigos, pasados y presentes.
Porque la literatura, que no es en absoluto una ciencia, tiene en común con las ciencias el hecho de enfrentarse a una triple alianza de adversarios: ideólogos, filósofos y gurús.
Jesús G. Maestro