Inquietudes filosóficas y totalitarismo

 

Filosofía y política


Las ficciones filosóficas o teológicas resultan con frecuencia mucho más inquietantes que cualesquiera otras ficciones literarias. 

Téngase en cuenta que la filosofía ha sembrado la Historia del pensamiento humano —de Oriente a Occidente— de ficciones estériles, con frecuencia también amenazantes y totalitarias, casi siempre deprimentes e incluso hasta patibularias. 

Si leyéramos las obras filosóficas como si fueran novelas o creaciones literarias, cuyos protagonistas y deuteragonistas sólo pueden ser el ápeiron, el demiurgo, el motor perpetuo, la causa primera, la sustancia pura, el cogito, las mónadas, el Leviatán, el espíritu absoluto, el noúmeno, el superhombre, la nada, el inconsciente, el Dasein, el ego trascendental, etc., y otros personajes ficticios por el estilo, el resultado sería un interminable cuento de terror. 

La historia de Occidente está llena —sugestivamente llena— de fantasmas y mitologías homicidas. 

Sólo la literatura las percibe explícitamente como lo que son: ficciones. 

La filosofía, incluso confesional y teológicamente armada en muchos momentos de la Historia —incómoda, como la religión, con la ficción— les rinde un extraño culto, imperativo y programático.


Jesús G. Maestro, Crítica de la razón literaria (III, 5.4.1.3), 2017 · 2022.