Uno de los objetivos fundamentales de la Crítica de la razón literaria ha sido y es el de combatir los cuatro fundamentalismos más poderosos que históricamente se han enfrentado a la literatura, tratando de limitar o destruir sus posibilidades de expresión, desarrollo y libertad.
Me refiero a los fundamentalismos religioso, filosófico, científico y político.
Este acoso fundamentalista no ha cesado jamás, desde sus orígenes más tempranos hasta los momentos más agónicos, hostiles e imperativos de la actual posmodernidad.
Desde el Platón que en su República promulga el exterminio de la literatura, pasando por los patriarcas de todas las iglesias y credos religiosos y teológicos, y a través de los positivismos científicos de la Ilustración y los siglos XIX y XX, hasta los actuales imperativos «democráticos» de lo políticamente correcto, desde los que la creación y la interpretación literarias de hoy y de ayer quedan completamente hostilizadas y cercenadas, la literatura ha sido siempre una lucha constante por la libertad y por el racionalismo que conduce a la libertad.
De hecho —lo hemos dicho con anterioridad—, la Historia de la Literatura ha sido y sigue siendo la historia de una lucha incesante por la libertad.
Jesús G. Maestro, Crítica de la razón literaria, 2017-2022.