El flautista de Hamelin no está en ninguna red social

 





La estupidez dispone de una fuerza demasiado inteligente como para subsistir por sí sola. Algo más hay en ella que no se confiesa. 

Que millones de personas sean diariamente devoradas por las redes sociales y el consumo de contenidos absolutamente estériles e improductivos, cuya emoción los absorbe y ciega, es algo que se produce por algo más que estupidez... Hay algo más, algo más hondo y más potente que la misma estulticia, trabajando sin descanso en la mente necia de un inútil. 

Esta autoanulación del ser humano sólo se produce en un mundo sin salidas. En un mundo sellado, sin puertas ni ventanas. Nada más irónico y malévolo que llamar «ventana» a la pantalla de un callejón sin salida, llamado también ordenador. Un mundo que ha perdido la consciencia o exigencia de satisfacer necesidades más urgentes y vitales. 

Por muy idiota que seas, hay cosas a las que no te dedicas a menos que vivas en un anémico y anómico callejón sin salida en el que no es posible ninguna revolución. El mundo parece ya una cárcel, una jaula o pecera sin objetivos ni esperanzas. No puede ser cierto algo así, todavía. 

Sin embargo, hay cosas que sólo tienen lugar bajo una especie de coma emocional o intelectual. Cualquier cosa vale más que hacer de tu vida un estercolero de emoticonos.

 Cuando la gente ve tonterías y dedica su tiempo a las estupideces de internet ―desde la geopolítica hasta la pornografía, pasando por supuesto por la filosofía y la autoayuda―, es por alguna razón más que la idiotez. 

Hay algo más... Algo que ha estallado justamente en nuestro tiempo, y que no se daba antes de igual modo... Es una necesidad básica morbosamente satisfecha... un no tener que hacer nada inteligente para mantener vivas ciertas constantes vitales básicas y parásitas... un no tener que cazar, sembrar la tierra o luchar por la vida. 

Un suicidio colectivo para que otros ―desconocidos y poderosos― vivan mejor que tú. 

El flautista de Hamelin no está en ninguna red social. Los ratones están en todas.


Jesús G. Maestro



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